Así, como suena. Una pintura del año 1977 realizada por Arthur Köpcke y valorada en 80.000 €, fue ‘modificado’ por una anciana de 91 años que visitaba la exposición donde estaba. La cuestión es que el cuadro consiste en una especie de crucigrama incompleto y se titula algo así como “inserta las palabras”. Pues eso hizo la anciana completar el crucigrama. La cuestión es que no contenta con esta acción, al enterarse de que el museo había borrado su intervención, ha presentado una demanda en reclamación de sus derechos de autor, al entender que su intervención hizo aumentar el valor del cuadro al darle un eco inesperado, y que al haber borrado su intervención se le ha dañado. En fin, un ecce homo a la alemana. Santa paciencia que han de tener a veces los jueces.