El Ayuntamiento de Barcelona no quiere que el proyectado macrocomplejo de ocio de Tarragona, ya conocido como “Barcelona World”, se llame de esta guisa. Según el consistorio, la denominación de la ciudad pertenece a los ciudadanos y éstos tienen que gestionarla (a través de su Ayuntamiento, claro). El origen del conflicto está en una marca registrada ante la OEPM contra la que ya recurrió el ex-alcalde Trías y cuyo resultado se ha conocido ahora. El Tribunal mantiene la vigencia de la marca en contra de los intereses defendidos por el Ayuntamiento. Por extrañe que parezca (y seguro que sin que sirva de precedente) el actual consistorio mantiene el mismo punto de vista que el anterior y presentará recurso contra dicha decisión del TSJC.