Una decisión que puede remover -una vez más- a la industria musical. Resulta que el denominado ’sampleo’, como manifestación creativa y artística, no podría considerarse plagio aun cuando tome una obra musical preexistente y la transforme (que es lo que hace el sampleo). Así lo ha entendido el Tribunal alemán al pronunciarse que afectaba a la banda de música “Kraftwerk”, al entender que su trabajo, en tanto que manifestación artística, prevalecía sobre los intereses económicos de la editora propietaria de la obra transformada. Como no podía ser de otra forma, esta revolucionaria visión tiene sus límites en que el nuevo trabajo no entre en competencia directa con la canción original y no cause daño a su titular. La verdad es que el sampleo se derivaba de un bucle de percusión de apenas dos segundos que una rapera había tomado de la banda e integrado en su composición.